Todo está tranquilo en Mèze durante los meses de frío y viento, meses de fuertes aires que soplan en l’Etang de Thau haciendo silbar como nunca los stays de los veleros amarrados en puerto seguro.
Es en primavera sobretodo cuando Mèze Maison se prepara para recibir a huéspedes de todo el mundo amantes de las ostras, el vino y del mar. Huéspedes que también, más allá de perseguir el buen gusto y la tranquilidad donde alojarse, persiguen la ligereza de un maison d’hôtes por encima de cualquier hotel.
Tan sencillo como la comodidad que te ofrece una casa en el centro de Mèze y la autonomía de poder entrar y salir de ella con tus propias llaves. Bajar a buscar peonias a la plaza del pueblo, a pasear por el puerto o a comprar productos frescos en el mercado de los domingos son entradas y salidas que puede representar estar en Mèze… En cualquier momento Mèze Maison está preparada para recibirte…, las velas de la casa están siempre encendidas y flores frescas nunca faltan.
El salón invita a relajarse mientras se hojean preciosos libros con vistas a los jardines del chateaux de Mèze, y la cocina está siempre disponible para servirse una bebida o tomar un aperitivo al caer la tarde. Rob Budden y su pareja son los responsables de ello, dos londinenses que apostaron por una vida tranquila en Francia después de pasar muchos veranos de la infancia en esta localidad. Ellos son quienes escogen también las flores, quienes regulan la luz y seleccionan la música; y cómo no, quienes preparan el desayuno por las mañanas a base de quesos, fruta, café, pan tostado, mermeladas y brioches. Alegre manera de empezar el día.
En el garaje aguardan cinco bicicletas para los que decidan acercarse a conocer Bouzigues, la capital de las ostras por excelencia. Ir en coche es otra opción pero las preciosas vistas que tienen estos 20 minutos por la vía verde merecen ser disfrutados desde la cercanía que supone ir a pie o en bicicleta. En mi caso estuve pedaleando detrás de una ardilla durante rato, bordeando campos de viñedos y preciosas vistas. El mar a lo lejos, sembrado de estructuras de madera para el cultivo de ostras.
Hemos desgustado ostras a todas horas; …quien habló de límites? Hemos conocido Mèze y Bouzigues, y conducido desde Barcelona…. Antes de salir a cenar es necesario descansar un rato en la habitación. Me encantan las sábanas de algodón egipcio de mi cama y que desde ella consiga ver l’Étang de Thau. La luz que ofrece el chandelier sobre mi cabeza es ténue; todavía no es hora de cerrar los porticones de madera… Rob nos ha reservado una mesa donde él considera que hemos de ir a cenar. Tres minutos a pie serán suficientes para degustar un velouté de moules y otras delicias francesas. À bientôt! Merci Mèze Maison!
– tengerenge