Esta mujer trata de sonreír, pero está llena de tristeza… “ya no sirvo para nada” me decía, “solía ganarme la vida cosiendo pero desde que enfermé, ni para eso ya sirvo”. Coincidí con ella en la ciudad de La Paz, …. “pero tienes inteligencia y creatividad, y ello no encuentra límites!”, le dije. Sin éxito, no conseguí animarla y se volteó cabizbaja.