La iluminación es perfecta. Llegamos a Alila Manggis all anochecer; la luz discreta me deja intuir la grandeza que veré mañana al amanecer. Huele a vegetación y se escucha el sonido del agua, …proviene del mar? Una mujer se acerca y me entrega un frío paño mojado para higienizar mis manos a la vez que me vaporiza la cara con minúsculas partículas de delicada esencia olor a lemongrass e ylang-ylang.

Alila Manggis se encuentra en la costa sudeste de Bali, frente al mar. Es un boutique hotel pequeño y cuidado, familiar y con  tarifas muy razonables. La vida en él discurre alrededor de su espléndida piscina con altísimas palmerascuidado paisajismo. Desde el restaurante Seasalt, alzado sobre un tradicional pabellón balinés, se obtienen vistas sobre el mar, que solo se encuentra a 25 metros (muy cerca de aquí se encuentra una granja de sal orgánica, de ahí su nombre).

A las 8h de la mañana ya hemos desayunado y tengo preparadas las dos bicicletas para ir hasta una aldea del siglo XI, Tenganan. Amurallado a su alrededor, este pueblo retiene la cultura y las costumbres del pasado. Me contaba nuestro guía que con el fin de preservar su cultura cuando alguien se casa lo ha de hacer con alguien del mismo poblado, de lo contrario deben irse a vivir fuera. Coincidí que en Tenganan celebraban una ceremonia sagrada y en todas las casas que entré estaban cocinando cerdo asado. Todo lo que veo son caras contentas, lo cierto es que Bali es una isla alegre.

Alila Manggis, por su condición de ser pequeño, representa un modelo de hotel interactivo con sus huéspedes. En su linea eco-friendly, cada 28 de cada mes, replantan coral en las playas frente al hotel. El equipo de conservación de Alila prepara bandejas con pequeños brotes tiernos de coral que traen del sur de la isla, y ofrecen a los clientes que se encuentran en el hotel la maravillosa actividad de sumergirse y replantarlos (muchos de éstos corales reposarán en el fondo del mar con el nombre de quien les dio la oportunidad de crecer y tras la espera de quince años, quien sabe si todavía permanecen los nombres de todos aquellos huéspedes que colaboraron con el proyecto del hotel). Hay familias que siguen viniendo de vacaciones aquí desde hace más de quince años, muchos otros trabajan en la zona financiera y se retiran para descansar escapando del bullicio, otros sencillamente descubren este paraíso y prueban…; si algo tiene Alila Hotels & Resorts, es que sus propiedades están estratégicamente situadas en la isla, lejos del estrés y del turismo.

Los tratamientos del spa se reciben al aire libre, de nuevo en una cabaña balinesa con cortinas de bambú y la mejor melodía del mar. Ardani y Marini nos han lavado los pies en un enorme cuenco de piedra lleno de agua, flores, jengibre y trozos de lima, para luego recibir el masaje que me haría olvidar todas las horas de vuelo hasta llegar aquí. Tras él, nos han ofrecido un refrescante té frío de jengibre y lemongrass; en Bali, los duros tallos de esta planta están presentes en todo.

El restaurante Seasalt también es una parte integral de las clases de cocina indonesia en Alila Manggis, en sintonía con otras actividades o excursiones que propone el hotel.

 Por la tarde fuimos a tomar un baño a algunas playas cercanas. No encontramos muchos turistas pero si gente local que disfrutaba del soleado día. Durante el camino hacia ellas, pasé por unos lugares tan bonitos que tuve que hacer algunas fotos… El interior de Bali es pura vegetación!

 El atardecer se presenta tranquilo. Las noches son silenciosas, la iluminación y la esfera recogen. Desde la terraza de la habitación veo el mar y con su sonido, me despido del día…, lástima que no era día 28 de mes, de ser así me hubiese gustado colaborar en repoblar los fondos de coral con una minúscula aportación. en cualquier caso, es una valiosa iniciativa del hotel.

– tengerenge

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *