Limpio, confortable y con su amable personal dispuesto a ratificar la cordialidad de los bolivianos, me he sentido muy a gusto hospedándome en esta moderna propiedad en el barrio de Calacoto.
El servicio es siempre atento, sus habitaciones amplias y cómodas; todo ello imprescindible para un buen descanso tras intensos días descubriendo esta altísima ciudad; chocante y estimulante.
La piscina climatizada y demás instalaciones colaboran en arropar tu estancia. El restaurante, por su parte, ofrece excelentes platos internacionales donde se puede comer o cenar, para luego subir a la octava planta y encontrarnos al bar más cool de la ciudad.
A pocos metros está Gustu, restaurante perteneciente a los mismos propietarios del restaurante Noma en Copenhague, declarado cuatro veces como «el mejor del mundo».