Vietnam recibe una gran parte de turismo atraído por la guerra, tristemente la realidad es que allá sucedió una verdadera catástrofe humana.

Tang, el hombre que nos guió en todo nuestro trayecto, me contó algo que no he olvidado….  Un día le estaba preguntando cómo viven los vietnamitas la visita de tanta población americana en busca de saber dónde y cómo transcurrió la guerra.

– «no tenéis cierto rencor los vietnamitas por lo que os hicieron? todavía hoy, dos generaciones después, siguen naciendo niños con malformaciones por el agente naranja que se vertió para exfoliar la selva y los ríos siguen envenenados

– «vienen con armas y les recibimos con armas. Vienen con flores y les recibimos con flores» – me contestó.

… tras su respuesta y tras conocer sus gentes esos días, me di cuenta de la capacidad de sobreposición y de la generosidad de este pueblo. Infinitamente amables, han sabido dejar de lado su sufrimiento y poner a prueba la capacidad de amar. A mi parecer, eso les eleva. A día de hoy, reciben al visitante con una sonrisa y no guardan rencor a aquellos que les hicieron daño.

Trascendiendo el factor humano, Vietnam es un país con numerosos lugares bonitos para visitar. Ya bien sea trazándolo de norte a sur, o a la inversa, éstas son mis recomendaciones:

1- Ho Chi Min (antigua Saigón)

En Vietnam hay gran contraste entre las zonas rurales y las frenéticas ciudades. Ho Chi Min es así, tan eléctrica como Hanoi.

Los restaurantes de comida son totalmente exóticos y los olores que desprenden los street food por la calle me indican que todavía esta ciudad no está del todo globalizada.

Corrimos para visitar el Museo de la Guerra, es interesante a pesar de la tristeza que provoca! en mi caso me arrancó lágrimas de mis ojos tras ver tales atrocidades cometidas. Pero también nos desplazamos a Cu Chi para ver la defensa de los vietnamitas y todos los recursos naturales que utilizaron, como los túneles bajo tierra donde se escondían y demás ventajas que les proporcionaba la selva.

2- Hue y el río Perfume

Esta ciudad imperial mantiene el reflejo de sus tiempos de gloria. Sus murallas y la ciudad prohibida la convierten en un lugar interesante para visitar. Se eleva frente al río Perfume, un río con cierto misticismo que recorrimos en barca, y que la bruma  de ese día al atardecer, le otorgaron espiritualidad.

Aquí frente al río Perfume toma lugar La Residence Hotel & Spa, con una particular ligereza en su diseño que le da singularidad y estilo. Su spa es austero, bonito. Un suelo damero blanco-negro que le da la fuerza, muebles livianos y poco más. La amabilidad de las terapeutas vietnamitas dominó el ambiente y me acabaron de convencer cuando me sacaron un sencillo recipiente de madera con pequeñas botellitas de cristal con las exóticas esencias entre las que podia escoger para poner olor y nombre a mi masaje; ilan-ilang fue como siempre, mi candidata.

3- Bahía de Halong

Las enormes formaciones rocosas cubiertas de vegetación que emergen del agua te hacen sentir un poco pequeño mientras recorres la bahía en una embarcación. Algunas de ellas tienen en su interior cuevas con estalactitas que se pueden visitar. Entre febrero y abril el tiempo tiende a ser nebuloso, lo cual convierte la escena en algo mística y enigmática, aunque sin duda con sol todo se ve mas bonito y sobretodo aquí, las aguas recobran su color esmeralda.

4- Hoi An

Pudiera parecer un juego de palabras, pero Hoi An es una joya; dicho de otra forma: es Patrimonio de la Humanidad. Este pueblo atravesado por un rio se inunda al atardecer de miles de farolillos chinos de colores que lo salpican de alegres destellos. Incluso el día 14 de cada mes lunar, la ciudad apaga las luces eléctricas y las cambia por dichas fuentes de luz. Este pueblo tiene sabor a antiguo… Sus influencias chinas, francesas y japonesas le dan una riqueza inmensa y ellas siguen vivas, como las fachadas de las casas o el puente japonés cubierto de color rosa, que es maravilloso. Es una ciudad peatonal y pasear por sus calles en rickshaw o a pie es de lo mas agradable… Fue como estar inmersa en un delicado sueño oriental lleno de lucecitas de colores.

5- Hanoi

Motos, motos y más motos. Las mujeres conducen protegidas para que no les toque ni un rayo de sol! (hasta las manos! se ponen guantes). El contraste es enorme, esta ciudad está alterada! Miles de calles con comercios, mercados, ruidos, gente y más gente vendiendo de todo lo que uno pueda imaginar. Cocinas en la calle, street food a todas horas y gente comiendo, menudo frenesí! … de verdad duerme esta ciudad en algún momento?

Mi recomendación para alojarse es el Hotel Metropol, un edificio precioso de 1901 con historia, de estilo colonial francés, clásico, tremendamente cuidado. Los jarrones de flores en la entrada y el atento concierge que me solucionaba todo nos dieron una bienvenida sofisticada, que perduró en el tiempo mientras estuvimos y tomó solidez al ratificarse con los demás servicios. El restaurante es de tendencia occidental, incluso una de las tardes prepararon un tea time inglés acompañado de todas las formas que pueda tomar el chocolate -creatividad sin límites-, valió muchísimo la pena.

6- Sa pa

Las montañas al norte de Vietnam, una región remota y alejada , un enclave rural conocido por sus terrazas de arroz y grupos étnicos. Aquí encontraremos los mejores paisajes y las mejores vistas. El acceso es duro, pero como todo, el esfuerzo tiene premio.

– tengerenge