… alrededor de los años setenta, los sándwiches se volvieron populares en los bares de Milán, a los que acabaron llamando «paninotecas» centrándose en la actividad que desarrollaban. Con el tiempo estos particulares bocadillos se han extendido a nivel internacional por ser un alimento sencillo, rápido, bueno y económico.
Después de mucho viajar por Italia entregado al ajetreado mundo de la moda, un apuesto joven empresario junto con su mujer, deciden embarcarse en una historia de «volver a empezar» y crear Panino Silvestre en Barcelona, perfilándose como una apuesta atractiva hacia una meticulosa combinación de productos italianos, vegetales y quesos, todo ello con denominación de origen, para rescatar los mejores panini y piadinas que jamás haya probado alguien.
Detrás de cada sabor, de cada mezcla de regionales productos italianos entre dos trozos de pan caliente, existe una historia de creatividad y de trabajo para deleitar al cliente con explosiones de sabor del Mediterráneo. La puesta en escena de todo este mundo de sabores y colores junto con otros inputs presentes en sus locales, no deja indiferente a los clientes de Panino Silvestre y fácilmente consigue conectarles con esos aires calientes del Mediterráneo y sus raíces latinas.
Los panini, sin embargo, encuentran su competencia con la piadina entre la larga lista de clientes que la consumen, dando a conocer este curioso pan plano de harina de trigo originaria de la región Emilia-Romaña, Italia, que ya formaba parte en el imperio Bizantino de su gastronomía. Ésta, también se rellena combinando embutidos, vegetales y quesos, se dobla y queda fina y crujiente. Puedo constatar de primera mano que no solamente es novedosa y divertida sino que al comerla uno experimenta «la llamada de la piadina», una misteriosa atracción por querer volver a probarla.
«Amo il sud» parece repetirse en los locales de Panino Silvestre y en sus amplias cartas de originales propuestas, tal vez para realzar la procedencia de algunos de sus productos secados al sol, como el tomate seco de Sicília que reciben semanalmente o la cremosa burrata de la Puglia, entre tantos otros ingredientes que utilizan para elaborar sus delicias.
Rúcula fresquísima, mozzarella, berenjena a la brasa, mortadella de Bologna, alcachofas salteadas, tapenade, speck del Tirol, tomates, stracchino, jamón de Parma, porchetta, pimientos, fontina, bresaola de Lombardía, cebolla caramelizada, scamorza affumicata…. se combinan alegremente preparando y cortando todo al momento para así obtener como resultado un producto fresco por dentro y caliente por fuera, al haber dejado previamente el pan y la masa de las piadinas en una plancha caliente durante unos minutos.
Forn Baluard es quien suministra el pan cada mañana para elaborar los panini, un pan completamente artesano al que se le otorgan galardones por los merecidos premios que se atribuyen a la susodicha panadería. La piadina en cambio, se elabora manualmente cada mañana con harina de trigo y es la responsable del embriagador olor que emana en sus locales y que acoge inexorablemente a cualquiera que se pasee cerca y huela.
Ensaladas, algunos platos sin pan y zumos licuados de frutas y vegetales que alargan la vida, pueden ser una opción para acompañar panini y piadinas y prolongar así la comida en sus informales establecimientos con Lucio Dalla o De Gregori murmurando de fondo desde los estratégicos posicionados altavoces.
Y que decir de la práctica vegetariana? … en cualquier propuesta de la carta se puede omitir el embutido o las carnes, y dar como resultado una opción vegetal. El panino libanés o la piadina vegetal ya son algunas de las establecidas pero, en cualquier caso, se invita a que uno pueda saltarse el estereotipo y diseñe su propia propuesta… sólo tendrá que dedicar algo de su tiempo a escoger entre amplia gama de variados ingredientes!
Para los que no toleran el gluten, saber que la ley italiana lo prohibe en sus embutidos y que Panino Silvestre ofrece pan y piadinas sin gluten, junto con todos los minuciosos cuidados que se necesitan para manipularlos y no contaminarlos de otras harinas.
En sus establecimientos predomina el color verde olivo y el diseño de sus barras sin establecer frontera con el cliente proporciona un ambiente familiar y relajado, donde entablar diálogo con el personal italiano que atiende es una vía fácil de comunicación. Detrás de una columna donde no lee nadie, a no ser que formes parte del personal autorizado, hay presencia de una cartel que cita: «la sonrisa es la distancia más corta entre dos personas»; ni más ni menos ésta junto con otras premisas pretenden formar parte del código ético y de la vida que se desarrolla en Panino Silvestre durante las ajetreadas jornadas.
En definitiva, así es Panino Silvestre, informal y divertido, alcanzando a todos los públicos y siendo una oferta para cualquier día del año. Sencillamente, un pequeño trozo de Italia en Barcelona.
– tengerenge
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