Viajar es una de las cosas que compras y te hace más rico. Este es uno de los principales motivos por los que, de entrada, ya vale la pena, pero…. también me he dado cuenta de muchas otras razones para viajar que son igual de valiosas. Estas son mis premisas por las que hacerlo es un objetivo…

– Unas vacaciones en familia pueden representar un espacio en el tiempo para fortalecer el vínculo entre todos. Cuando estás fuera difícilmente están a mano ipads, wii, play, ordenadores, consulta de mails y demasiadas llamadas que parcelan el espacio de cada uno, por lo que este mundo digital nos deja de secuestrar para entregarnos abiertamente al otro y a la actividad conjunta. Si estás cerca de tu antípoda o por lo menos con una diferencia horaria considerable, ni tan siquiera recibirás llamadas! Experimentar el desapego de este intrusivo mundo tecnológico aporta plenitud y libertad. Gracias «Sra. Distancia»!

– La Distancia puede ser de nuevo responsable de permitirme ver por encima del valle. La separación es necesaria e implica madurez. Cuando estás lejos, puedes entender muchas cosas…. porque hay distancia para obtener perspectiva.

– Tengo una gran amiga que hace algunos años me habló de la importancia sobre conectar con el placer desde que eres niño. Tengo hijos y no es necesario viajar para enseñarles dicha tarea, ni muchísimo menos! Sin embargo si es cierto que cuando viajar es tiempo de ocio uno se pone en modo contemplativo, se relaja y ello provoca una apertura algo más expansiva.

– Con la Sra. Distancia puedo ver también mis ventajas y mis limitaciones, si en la comparación me coloco. Observar otra cultura, otra ciudad, otra forma de vida, otra cotidianidad, puede provocar en mi un ejercicio de valorar lo que rodea mi vida o un ejercicio de querer incorporar en mi vida aquello que me ha gustado y de lo que yo carezco. Esta ansia de permanencia o incorporación provoca regresar a tu hogar con una frescura limpia y nueva.

– Cuando me alejo de mi entorno me pongo unas gafas para verme mejor. Aquí me puedo construir con libertad, pensarme bien porque tengo espacio. Y probablemente también tiempo, lujosa herramienta. Gracias Sra. Distancia!

– «La riqueza está en la diversidad» es una frase que no abandona mi pensamiento cuando viajo. Creo en un mundo de opuestos y a más lejos me encuentro de lo establecido más divertida me parece la vida. En África, unas mujeres masai con sus túnicas rojas me rodeaban y me tocaban, me observaban por que le di un ibuprofeno a una mujer que agonizaba en su choza de dolor. En ese momento sentí, respecto a todas esas mujeres tan aparentemente distintas, una estrecha cercanía. No estábamos tan lejos….ellas viven en la sabana y yo en otro tipo de jungla, la ciudad. Ellas habían parido como yo y habían sentido el primitivo acto de dar vida, lloraban y reían tal como yo hago, aprendían con la experiencia y sentían el mismo amor por la vida que yo. Después de ésto tampoco hay tanto más…. Una forma de conectarme con ellas y con el resto de todas las mujeres fue decidir dar a luz a mi tercer hijo sin ningún tipo de anestesia que me pudiera separar del primitivo acto de parir por mi misma. Y así tuve la suerte de dar vida a una preciosa niña, a la que voy a traspasar la creencia del inmenso poder que tenemos las mujeres.

– Viajar con tu pareja es cultivar el amor y solo trae que beneficios. El amor no sabe de parentescos, por lo tanto no importa si esta inversión la pones en tu marido con el que careces de momentos a solas desde que tuviste hijos, en tu mujer a la que te apetece regalarle los paisajes que siempre ha ansiado ver, en tu madre a la que quieres hacer sentir lo importante que es, en tus hijos para solidificar el vínculo o en una amiga para no parar de hablar, hablar y hablar.

buen viaje!

– by tengerenge

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