Yaxchilán y Bonampak son dos asentamientos arqueológicos con ruinas mayas en la selva de Lacandona, Chiapas. Ambos están muy cerca entre ellos, al lado del río Usumacinta, cuyo cauce separa Méjico de Guatemala.
A Yaxchilán sólo se puede acceder a través del río, por lo que es obligado el tener que intercambiar el coche por un trayecto de cuarenta y cinco minutos en lancha. Sus ruinas fueron descubiertas por un explorador inglés cuando, devoradas por la selva, todavía asomaba la parte alta de una pirámide visible desde el río. Hoy, tras un paseo a pie desde el embarcadero atravesando vegetación selvática se accede a la ciudad maya, asombrosa por su buena conservación y por la magnitud de los edificios que la configuran. La gran plaza, el palacio de Pájaro Jaguar IV, los jeroglíficos y las piedras intactas sobre las cuales practicaban sus sacrificios son, entre otros, parte de ella.
*Recomiendo contratar a un guía en el mismo lugar donde se debe dejar aparcado el coche, en la localidad de Frontera Colozal. Ellos, no sólo están perfectamente documentados sino que proporcionan medidas para la propia seguridad de uno dentro de la selva donde se encuentran las ruinas.
Bonampak se encuentra al otro lado del río y debe su fama a la buena conservación de los murales pintados en su interior. Lamentablemente no me fue posible realizar la visita pero claramente merece la pena.
Cerca, se encuentran varias comunidades de lacandones, accesibles para ser visitadas y poder conocer la forma de vida de sus habitantes, los cuales velan por la tranquilidad y la paz en el mundo, visten blancas túnicas largas y llevan el pelo largo.
-tengerenge