Zermatt es un sueño para los que buscan días de intenso esquí y tardes sosegadas en beneficio de todos los placeres que ofrece este pueblo suizo de alta montaña; que parece haber salido de un cuento…
Durante mis días allá, esta vez alojados en casa de mi familia londinense, pudimos conocer de la mano de ellos algunos de los lugares más especiales y penetrar en este pueblo no como visitantes, si no como parte de éste.
Es verdaderamente especial poder estar esquiando y decidir hacer un sabio stop para comer a 3.000m de altura en singulares restaurantes, auténticas casitas de madera, con vistas escalofriantes y una comida fabulosa! Es algo que tiene Suiza…y que la hace particular.
Chez Vrony es conocido por sus chaise-longue de madera para dos! en ellas puedes estirarte con tus botas de esquí y relajarte delante del Matterhorn! o sentarte a comer en su interior decorado con románticos ambientes deliciosos como los de estas fotos. Después de estos descansos y buena comida cuesta mucho ponerse de nuevo los esquis e iniciar el descenso…
Zum-See tiene más de 300 años de antigüedad y dejar de esquiar para comer en sus mesas y bancos de madera al aire libre es realmente una experiencia, sobretodo si pruebas su baby mountain swiss goat. En varias ocasiones desde el telesilla pudimos ver cabras montesas en las escarpadas cornisas de las montañas, y al cabo de pocas horas, las estábamos degustando en su punto más delicioso! …. La madera oscura de su fachada lo hace acogedor y en su interior la cálida luz provoca que todo sepa mejor y que entres rápido en calor si has preferido comer dentro en vez de sentarte en sus terrazas soleadas.
Inexorablemente, estos míticos restaurantes de la zona acaban convirtiéndose en una importante parte de tu día de esquí. Es todo un ritual…. esquiar y parar a descansar rodeado de tanta madera y buen comer!
Blatten es otra opción. Su casa de madera se remonta a 1850 y desde los inicios en que Zermatt empezaba a recibir turismo, alrededor de 1950, siempre ha dedicado su actividad a la gastronomía de alta montaña. Es accesible tanto esquiando como a pie, y el recibimiento de sus propietarios Leande y Simone, oriundos de la zona desde ya varias generaciones atrás (se conocieron haciendo montañismo en lo alto del Matterhorn), convierten su restaurante en un lugar amigable para todos los que lo visitan cada año.
Al atardecer, según vas descendiendo al valle, en el último tramo de las pistas surge de la nada una animadísima concentración de gente joven que deja sus tablas y se toma una copa todavía con sus botas y prendas de esquí. La música siempre es en directo, alguien hay cantando al aire libre mientras para los demás no ha llegado el cansancio de tantos kilómetros esquiando y se toma una copa rodeado del ambiente más animado aprè ski. Tomar nota! Cervo es un interesante punto de encuentro para despedirse así de un día de esquí! Además de ser una opción de boutique resort fantástico donde alojarse durante la estancia en Zermatt. Es un lugar sencillo sin pretensiones, de austera apariencia pero con buenos servicios y modernas habitaciones. Su zona de wellness es original y poseen variedad de tratamientos para arrebatir las durezas del esquí. Aquí puedes ver su web!
Las tardes son reposadas en este pueblo encantador. Sus calles peatonales cubiertas de nieve te llaman para que las recorras y visites sus tiendas, sus hoteles, restaurantes y otros lugares bonitos.
Hace unos años, no muchos, decidieron emplazar en una de las laderas del valle, un atrevido hotel de diseño enfrentándose hasta ahora a las regionales casitas de madera de cubiertas inclinadas. The Omnia es imponente, además siempre es admirado con la vista hacia arriba por estar en lo alto de una roca. Su enfoque culinario va cambiando según las estaciones del año, de hecho, quien ha dicho que Zermatt es sólo un paraíso de nieve?
… en verano se tapiza de verde y ofrece mil actividades de senderismo, tradición culinaria en los mismos restaurantes citados y excursiones hasta acceder a grandiosos puntos panorámicos. Encontraremos trenes de montaña, teleféricos y otros medios de transporte, todos ellos verdaderos prodigios de la ingeniería para llegar a lugares desde donde podemos obtener maravillosas vistas. En definitiva, Zermatt ofrece algunas de la excursiones más memorables que se pueden hacer en Europa.
– tengerenge