oasis en Marruecos

Marruecos

oasis en Marruecos

Una de las cosas bonitas de Marruecos es que el desierto no se debe tomar como el único fin del viaje. En este sentido, una de las ventajas de las muchas excursiones para llegar hasta ellos, es que se atraviesan todo tipo de paisajes y multitud de lugares durante el recorrido.

Uno de las lugares más bonitos que he visto en mi vida ha sido el Valle del Draa, un oasis de 200 kilómetros, un auténtico vergel poblado de interminables palmeras y una carretera que lo recorre a su lado…  No quería que la carretera acabase nunca… y me daba igual llegar al desierto.

Vegetación, huertos y palmerales durante todo el recorrido van atravesando pueblos y contrastando poderosamente con las resecas y rojizas montañas circundantes. Todas las casas de estos pueblos, que van emergiendo a ambos lados, están construidas de adobe. A lo largo de ellos se puede ver a sus gentes dedicadas fundamentalmente a la agricultura haciendo su vida cotidiana. Las mujeres caminan tapadas de la mano de sus hijos; me daban la sensación que los recorridos a pie eran largos. Los hombres arrastran sus burros cargados de sandías. El calor es insoportable.

Cómo no detener el coche y visitar una humilde casa de una amable familia con niños, que nos ofrecen un te caliente, al que renunciamos por tener la costumbre de combatir el calor con bebidas frías.

Muy fácilmente puedes teletransportarte a la edad de Jesucristo…

Cada tanto, puedes encontrarte bajo la sombra de una palmera a un paisano muerto de calor vendiendo sandías que coloca ordenadamente sobre una alfombra de bonitos colores tierra (en realidad, no supe si comprar su alfombra o sus sandías). O tal vez alguien que te venda dátiles, que, por su dulzor difícilmente conseguirás que lleguen a destino.

Este paisaje es rústico y polvoriento; la tierra es seca. Pero el interminable palmeral contraresta la dureza y el agua del oasis hace que la tierra no sea yerma, si no que su fertilidad permita la concentración de vida a sus alrededores.

– by tengerenge

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *