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A veces hay que ser selectivo al planear un viaje en función de las circunstancias en que nos encontramos. Y cuando viajar a otro país supone llevarse a una niña de tan solo una primavera, hay que tener en cuenta algunos matices para acertar y lograr unos días de felicidad para todos.

Nuestro viaje de verano es un viaje especial, es un viaje familiar que ansiamos durante todo el invierno. Es un espacio en el tiempo que dedicamos exclusivamente a nosotros cinco, al «nucleo duro» como dice mi marido. Y nos gusta porque son unos días donde no hay ni móviles, ni ipads, ni mails, ni llamadas de teléfono, ni conversaciones de trabajo, ni ordenadores…, es puro tiempo de complicidad, risas, de compartir impresiones y de hablar, hablar y hablar. En realidad no es importante la categoría del viaje, basta con planear unos días de placer en cualquiera que sea un rincón del mundo. En este caso, en mi caso, esta vez decidimos depositar nuestras expectativas en Grecia por ser un país cercano y cómodo en nuestro livianito traslado.

Es obvio que visitamos Atenas con muchísimo interés. El museo de la Acrópolis, relativamente pequeño, me pareció una obra espectacular, moderna y con muchísimo diseño; obra encargada a Bernard Tschumi, arquitecto suizo con nacionalidad americana. Y todo lo que en su interior expone son verdaderos tesoros de la antiguedad. Por otro lado apuntar que Atenas tiene fama de vivir de su pasado, pero el viajero que se salga un poco de los circuitos turísticos descubrirá algo más que ruinas… solo se trata de explorar.

Tras dos noches nos trasladamos a Milos, una isla Cyclada con ruinas y muchísima historia.  Por qué Milos?

Bien, mis intereses eran escoger una isla grande que diera juego, con varios pueblos y lugares que visitar, que tuviera yacimientos arqueológicos, planes para hacer, excursiones, salidas en barco y ruinas, muchas ruinas que me encantan. Somos una familia de inquietos y no nos conformamos con leer un libro y pasar un día entero en la playa. Además huimos de las masas y del excesivo turismo. Milos es de las islas Cyladas con menos visitantes y ello es por su localización, lo cual la convierte en una isla serena y tranquila. En definitiva, Milos cumplía casi todos mis requisitos: poca gente, catacumbas paleocristianas, ruinas bizantinas, un anfiteatro frente al mar de la edad helenísitca que cuesta contener la emoción al ver las vistas que tenían y sentarse en las gradas de mármol donde ellos lo hacían, pueblos como Plaka o Polonia para pasear y comer en las terrazas de sus restaurantes bajo techos de bouganvilla y unas curiosas formaciones geológicas, principal razón de su fabulosa variedad de colores y paisajes. Posee entradas de mar en la tierra tal como Papafragas y una secuencia de calas con entradas secretas de donde hay constancia que servía de escondite a Barbaroja.

Vistas sobre el mar desde el anfiteatro

 

Anfiteatro de mármol. Periodo helenístico

Tuve la suerte de encontrar un resto arqueológico entre la maleza, el asa de una vasija de cerámica. Lo tuve entre mis manos, la toqué y luego lo dejé donde lo había encontrado

Milos es una isla salvaje, sin sofisticaciones, espartana. Sobretodo si la comparamos con su vecina Mikonos o Santorini y su cuidada puesta en escena. Esta autenticidad la obtiene en parte por el poco indíce turístico que tiene.

Mi recomendación para hospedarse es hacerlo en el Hotel Kapetan Tasos en Pollonia, blanco encalado y pequeñito, con tan solo 11 habitaciones. De arquitectura local y en armonía con el paisaje, es económico y acogedor.

Por otro lado, también recomiendo en especial dos restaurantes. Uno es Artemis en la playa de Paliochori. Es un sitio encantador, se come super bien y al estar sobre la loma de la playa tienes unas vistas espectaculares. Además es muy agradable porque las bigas celestes que forman el techo están separadas entre si por pocos centímetros y hace que entre una luz matizada proporcionando brisa y frescura ( telf. +30 (0) 2287031222).

Otro restaurante bastante especial por su bello enclave es Medousa, en Pollonia. Preparan el pulpo a la brasa delicioso y al ser una zona super tranquila, alrededor tiene rocas y embarcaderos con agua clara de poca profuncidad que convierten tu baño en un auténtico placer.

Una de las otras particularidades que tiene Milos es que en algunos lugares de su costa, las playas son inaccesibles desde tierra. Es una isla volcánica con grandes formaciones geológicas tal y como comentaba y es bonito poderla observar desde el mar alquilando una embarcación. Nosotros gestionamos un velero en Adamas, el puerto principal de la isla, concretamente en Alma Libre, sailing boatMike, nuestro skipper griego con rasgos nubios y Happy nos estuvieron enseñando los lugares más bonitos que jamás hubiera podido imaginar. Nos bañamos en aguas esmeraldas bajo altísimos acantilados de piedra caliza. Me apasiona el Mediterráneo.

agua completamente color esmeralda

Este es el mail y teléfono de Mike, fue amable y gran profesional conociendo bien los vientos, incluso tuvo humor al arrastrar con una cuerda a mi familia en la entrada de la bahía de Adamas (Mathioudakis «Mike», telf movil: 6944.54.66.92 / www.sailingcruise.gr).

… y llegamos hasta Kleftiko, impresionantes rocas que forman cuevas naturales y raros fenómenos geológicos. La leyenda cuenta que una de las cuevas de Kleftiko fue refugio de piratas y que escondieron allí su tesoro, pero nunca fue encontrado, … no importa… , el agua en Kleftiko es cristalina y supone una experiencia única nadar entre sus formaciones rocosas y cuevas.

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Tambien nos bañamos en la gruta de Sykia, en su ensenada interior producida por el derrumbamiento de su bóveda donde la tierra es todavía la ceniza del volcán. Impresionante.

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Para que se pueda sentir las intensas raíces de esta isla hay que reparar en su trayectoria histórica y saber que fue habitada desde el neolítico, pasando por la civilización minoica, por el periodo helenístico entre muchos otros y siendo víctima de numerosas guerras, dominios turcos e incursiones de árabes, esclavos y como no, de piratas. Uff! hay muchísima energía acumulada!! me encanta! importante andar descalzos en los lugares de vegetación salvaje para conectarnos! Además, aquí fue encontrada la Venus de Milo…

Tambien hay interesantes excursiones por tierra. Lo ideal es alquilar un coche y recorrer bien el interior y sus costas para ir parando por todos lados y darse baños como los que venía a darse «Cleopatra», cruzando el mar desde Egipto. Así hicimos nosotros y descubrimos playas desiertas desoladas, sin nadie, preciosas…

No hay que irse de la isla sin conocer Sarakiniko. Es una zona con entradas de mar formada por rocas volcánicas sin ningún signo de vegetación y de un inmaculado color blanco. Es un paisaje completamente lunar! el blanco de las rocas contrasta con el azul intenso del agua del mar! es como si un trozo de luna hubiera caído en esta zona de la isla.

Contamos también con bastantes pueblos. Plaka es la capital y cuenta con la arquitectura tradicional de las Cycladas, con casas blancas, ventanas y puertas de colores, balcones llenos de flores y calles estrechas y retorcidas con reminiscencias venecianas. De importante mención son el Museo Arqueológico y el Museo Folklórico. Desde Plaka se puede disfrutar de una magnífica vista del Golfo de Milos, es por ello que os aconsejo  visitar Plaka por la tarde-noche, a la hora de la cenar. Sus tabernitas escondidas y la iluminación de sus calles la hacen mágica.  No os perdáis sentaros a tomar algo en la terraza del Café Utopía al atardecer, las vistas son espectaculares! aquí os adjunto algunas fotos que tomé. La entrada estrecha con el suelo damero para acceder a las vistas tiene muchísima magia.

café Utopía Milos

Milos

Tripití, precioso y pintoresco pueblo con una rica historia especialmente próspera durante los períodos clásico y helenístico. Ofrece vistas al mar y la mejor puesta de sol de la isla. Es famoso por sus excelentes tabernas especializadas en aperitivos sabrosos.

Pollonia, situado al noroeste de la isla, es un encantador pueblo de pescadores expuesto al azote del viento, construido alrededor de una bonita bahía con blancas casitas en toda la línea de la costa. Aquí os recomiendo el restaurante Armenaki, donde tienen el pescado mas fresco.

Klima, un pintoresco pueblo de pescadores. La belleza de Klima se debe a las casas de los pescadores talladas en las rocas con puertas de madera de colores, con el mar golpeando en ellas. La puesta de sol aquí es una experiencia increíble.

Si las formas geológicas volcánicas de Milos son interesantes, los colores de sus playas y variedad son impresionantes: pueden ser blanco o negro, con arena, piedras pequeñas o proyectiles de tierra. Sus aguas son siempre claras y pueden ser esmeralda, verde o profundo azul. Pequeñas playas han sido creadas por el trabajo continuo del mar sobre las rocas, como la de Papafragas por ejemplo. Aquí os dejo fotos de relajantes y solitarias playas.

Milos

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Y una foto de Papafragas…

papafragas milos grecia

Esta es mi selección de las mejores playas accesibles por tierra:

  • Ayia Kyriakí, protegida por rocas rojizas
  • Papafrangas, playa encajonada entre paredes de roca
  • Provatas, playa arenosa con manantiales submarinos que invitan a deliciosos baños nocturnos
  • Fyriplaka, donde se pueden tomar baños de mar y sol en la más absoluta calma.
  • Triades y Amoudaraki, cada una de ellas consta de otras tres calas totalmente paradisíacas.
  • Alogomadra, situada en un rincón de la otra bella playa de Agios Konstantinos. Es una pequeña calita parcialmente cubierta por una cueva de singular belleza.

 

Gracias Grecia, tierra seca de verdes olivos.

-tengerenge

One Comment on “Grecia, Milos. Puro Mediterráneo

  • carlota

    septiembre 16, 2014 a las 12:40 pm

    Sonia! Qué maravilla de reportaje, mi próximo viaje con mi núcleo duro; Grecia!!!

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